Los bellos ayuntamientos de Casares y Estepona flanquean a la bestial mole de sierra Bermeja, un accidente geográfico del que vamos a poder gozar enormemente si recorremos la etapa veintinueve de la Gran Ruta de Málaga que conecta las dos localidades.
septiembre 2020
Con algo más de veinticuatro kilómetros, esta exigente senda que enlaza a Casares y Estepona no solo tiene como meta el término esteponero, donde hallamos abundantes lugares que visitar tras nuestra llegada, sino más bien el propio camino y la mole de sierra Bermeja.
Esta da pistas al viajante sobre la dura andadura que le espera. En verdad, ya antes de subir al monte, el camino discurre por las tierras del arroyo de los Molinos de Casares y los esquistos de La Acedia, una zona muy arbolada y con numerosas casas de campo.
Hallamos a Casares sobre una escarpada y enorme peña, dominando las tierras a su alrededor que descienden hasta el Mediterráneo. En la zona occidental de la provincia, arropando a Manilva en un fraternal abrazo, Casares es un precioso nido de águilas.
Es un blanco mirador, un lugar desde donde divisar exactamente el mismo mar donde el insigne Julio César pudo haber combatido los rigores de la canícula ibera con un regio y orgulloso chapuzón. Y es que cuenta la historia legendaria que el renombrado conquistador de prácticamente toda la Galia -una aldea resistió siempre y en toda circunstancia al invasor- paseó por las tierras casareñas dejando como recuerdo de dicha visita su nombre en la localidad.
Pero Julio César no es el único personaje histórico insigne relacionado con Casares puesto que, y esto enlaza con la senda, la etapa veintinueve es una parte de la casareña calle Carrera, donde está la casa natal de su vecino más célebre: Blas Infante.
La ruta pasa por la plaza de España y sale del pueblo por la calle Molino, en la zona sur, dejando a la derecha el cerro de la Horca donde está el camposanto nuevo y llegando al irrelevante nacimiento de la fuente de Santa Catalina, donde aún persisten ciertas albercas de diferentes temporadas.
Si seguimos llegamos a un sitio privilegiado: el arroyo de los Molinos, primordial predecesor del río Manilva. De inmaculadas aguas, surte al próximo Molino de Arriba que el camino cruza y tras el que empieza una subida que deja atrás unas canteras reconvertidas en escombreras.
Origen: Ruta de Casares a Estepona: una senda a la sombra de sierra Bermeja