Construida entre los siglos VIII y IX, la fortaleza de Comares situada en el centro del pueblo es un maravilloso mirador de la naturaleza en un pueblo que es precisamente el lema del calendario turístico de acuerdo con el Balcón de la Axarquía.
La elevación de más de setecientos metros sobre el nivel del mar la convierte en una zona única en toda la Axarquía, ya que desde allí se divisa buena parte de la zona y los Montes de Málaga.
Aunque la mayor parte de sus almenas proceden de remodelaciones, se conservan dos de sus torres principales, La Tahona y La Tahoncilla -en posiciones frente al asedio- y un antiguo aljibe. La importancia táctica del castillo lo convirtió en una de las fortalezas más importantes durante la revuelta de Omar Ben Hafsun contra el poder omeya.
Sin embargo, además de la fortaleza de origen andaluz, en esta localidad se pueden ver otros recuerdos medievales. La mejor forma de comprobarlo es paseando por sus calles peatonales, que llevan al visitante por calles estrechas y pasajes singulares que forman parte de un recorrido laberíntico en el que perderse unos minutos para desconectar.
Hoy existe un camino islámico, que se puede seguir con huellas de cerámica incrustadas en el suelo y mosaicos con relatos históricos. La Iglesia de la Encarnación, construida sobre una antigua mezquita, se encuentra, junto a los restos del citado castillo árabe, entre el resto de monumentos de Comares.
No muy lejos del casco urbano se pueden visitar las ruinas arqueológicas de Mazmúllar, que en su día contó con un recinto amurallado. Entre todo lo que queda, lo mejor conservado es un antiguo aljibe del siglo XIV, declarado monumento nacional ya en 1931.
+ en: Comares | La Tahona, el castillo que ocupa un lugar destacado en la historia
