Málaga despega en 2025: nuevas rutas, más turistas y un futuro sin escalas

El cielo de Málaga se llena de novedades. EasyJet, Brussels Airlines y United Airlines han puesto la Costa del Sol en el punto de mira, reforzando la conectividad con destinos estratégicos y abriendo nuevas oportunidades para viajeros de todo tipo. Lo que antes era un aeropuerto con vocación vacacional se está transformando en un hub internacional que conecta con ciudades clave en Europa, América y África. Pero no se trata solo de más vuelos: detrás de esta expansión hay una historia de inversión, competencia y un turismo cada vez más exigente.

Un 2025 con más aviones y destinos inesperados

Hace tiempo, volar desde Málaga era sinónimo de escapadas a Londres, Berlín o alguna isla mediterránea. Pero el mapa aéreo está cambiando. Ahora, las aerolíneas apuestan por rutas menos convencionales que responden a una demanda diferente: negocios, turismo cultural y hasta conexiones intercontinentales con vuelos más eficientes.

EasyJet ha dado un golpe sobre la mesa con tres nuevas rutas clave:

• Rabat (Marruecos): La primera conexión directa desde Málaga con la capital marroquí, una jugada estratégica en alianza con Air Arabia.
• Newcastle y Leeds Bradford (Reino Unido): Porque los británicos siguen amando la Costa del Sol, pero ahora también llegan desde aeropuertos menos saturados.
• Fuerteventura – Nápoles: Un puente interinsular inesperado, pero que podría tener sentido para quienes buscan un doble destino en el Mediterráneo.

Pero EasyJet no está sola en la batalla. Brussels Airlines ha reforzado su presencia con un aumento de frecuencias en verano y United Airlines sigue apostando fuerte por su vuelo diario a Nueva York. El sueño americano despega desde Málaga con un Boeing 757-200, un avión pensado para largas distancias sin necesidad de hacer escalas en Madrid o Barcelona.

Más allá de Europa: Qatar y Air France-KLM suben la apuesta

Si alguien pensaba que Málaga solo interesaba a las aerolíneas europeas, se equivoca. Qatar Airways triplicará su frecuencia en la ruta Doha-Málaga durante los meses de verano, consolidando a la ciudad como una opción atractiva para viajeros del Golfo Pérsico.

Mientras tanto, Air France-KLM ha anunciado un incremento del 15% en su oferta de vuelos, aunque sin especificar nuevas rutas. Un movimiento que, aunque discreto, refleja el creciente interés de los grandes grupos aéreos por un aeropuerto que no deja de crecer.

El impacto en el turismo y la economía: ¿quién gana con esta expansión?

Un mayor número de rutas significa más turistas, más inversión y más empleo. Pero también plantea preguntas sobre la capacidad de la Costa del Sol para absorber este crecimiento sin perder su esencia.

EasyJet, por ejemplo, prevé generar 222.000 asientos adicionales con su estrategia de expansión en España, y Málaga es una de las grandes beneficiadas. No es solo un dato frío: más vuelos significan más hoteles llenos, más restaurantes funcionando a tope y más dinero circulando en la economía local.

Por otro lado, la apertura de una ruta con Rabat no es casualidad. Marruecos es un mercado en crecimiento, tanto en términos turísticos como de negocios. Los vuelos de corta distancia con destinos culturales tienen cada vez más demanda, y Málaga parece estar en la intersección perfecta entre sol y tradición.

El futuro del aeropuerto de Málaga: de la playa al mundo

Durante años, Málaga ha sido vista como una simple puerta de entrada al turismo de playa. Pero esa imagen está cambiando. Con más vuelos intercontinentales y conexiones con mercados emergentes, el aeropuerto se está transformando en un verdadero hub mediterráneo.

Pero también surgen retos: ¿está preparada la infraestructura para absorber este crecimiento? ¿Cómo afectará esto a la experiencia de los viajeros y a la vida cotidiana en la ciudad? La expansión aérea trae oportunidades, pero también preguntas sobre el equilibrio entre turismo y calidad de vida.

Por ahora, 2025 se perfila como un año de grandes cambios. Málaga está dejando de ser un simple destino vacacional para convertirse en un nodo clave en el tráfico aéreo europeo y más allá. Y lo mejor de todo es que esto es solo el comienzo. ¿Hasta dónde puede llegar este despegue?