¿Puede la COSTA DEL SOL liderar el futuro de la inteligencia artificial? Inteligencia artificial con alma vintage conquista Málaga y la Costa del Sol
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Estamos en el verano de 2025, bajo un sol que no se cansa de brillar en la Costa del Sol. Las olas rompen con ritmo de metróronomo, mientras en los cafés de Málaga se habla tanto de algoritmos como de arte, de chatbots como de cámaras analógicas. La inteligencia artificial aquí no solo avanza: se saborea, se diseña, se modela con elegancia y acento andaluz.
Origen: Del prompt al poder: claves para dominar la inteligencia artificial, según Merlini
La Costa del Sol está dejando de ser solo postal de playa para convertirse en una meca tecnológica con tintes retro, donde lo último en automatización convive con la melancolía de los vinilos, las máquinas de escribir y los vestidos de los 60. ¿El resultado? Un fenómeno fascinante que pone a Málaga en el mapa de la innovación global, sin renunciar a su carácter ni a su estética.
«La IA no ha venido a sustituirnos, sino a reencantarnos«, me dijo hace poco un programador argentino afincado en Torremolinos mientras retocaba un modelo predictivo para una app de reservas turísticas. Ese es el espíritu: combinar la precisión milimétrica del software con el calor humano del sur.
Málaga como capital de inteligencia artificial con sabor local
Hace no tanto, Málaga era conocida por su paseo marítimo, sus sardinas al espeto y su casco histórico lleno de turistas despistados. Hoy, empresas como Marnia Marketing o App Design convierten esa misma ciudad en una potencia digital. Están diseñando desde chatbots para bancos hasta aplicaciones médicas con IA que predicen diagnósticos. Y no hablo de futurismo de feria: son soluciones reales, con clientes reales, funcionando ya.
Marnia Marketing ofrece desde 120 € servicios tan precisos que se sienten hechos a medida. En la otra punta de la bahía, Databay Solutions se sumerge en los océanos de datos para sacar oro puro para escuelas, universidades y centros de formación.
«Una app hoy no solo se diseña, se educa», me comenta un ingeniero de App Design. Y tiene razón. La inteligencia artificial está aprendiendo a leernos con acento malagueño, a entender nuestras costumbres, a generar eficiencia sin deshumanizar.
El turismo inteligente no descansa ni de noche
En una tierra donde cada verano parece eterno, el turismo no se reinventa: se afina. Los hoteles de Marbella, Torremolinos o Fuengirola ya funcionan como organismos autónomos, respondiendo preguntas a medianoche, recomendando restaurantes según el gusto del cliente, ajustando la temperatura según la previsión climática.
La realidad virtual permite visitar un hotel antes de reservarlo. Las apps con IA analizan las emociones de los huéspedes tras una simple sonrisa en recepción. Y puertos como el de La Duquesa aplican IA para detectar vertidos ilegales y comportamientos extraños con una precisión que ni el mejor guardacostas. Todo esto lo cuenta Costa del Sol ECO, con casos reales, números claros.
«Lo que no mejora con IA, se queda viejo«, me dijo un directivo hotelero con acento sueco y alma andaluza. Y aquí, en este paraíso retrofuturista, nadie quiere quedarse atrás.
El estilo vintage no es una moda: es una declaración
Caminar por el centro de Málaga es pasear por una pasarela del tiempo. Tiendas como Verde Ropa al Peso, Flamingos o Península parecen sacadas de un videoclip de los 80. La ropa huele a historia, los escaparates brillan con objetos que en otras ciudades serían desecho, aquí son arte.
Y lo curioso es que la moda vintage no compite con la IA. Se complementan. Porque mientras una empresa usa aprendizaje automático para predecir el stock más vendido, otra selecciona manualmente camisas de seda traídas de París en 1974. Lo digital no elimina lo humano: lo potencia.
«Comprar vintage en Málaga es como hablar con tu abuela sobre blockchain«, dice un meme que circula entre expatriados y hipsters. Puede que tengan razón. Aquí, la tecnología no está reñida con el alma.
Eventos que huelen a futuro, con sabor a pasado
Este año, el evento DES2025 convierte a Málaga en la capital europea de la IA. Pero lo hace sin alfombra roja: lo hace con charlas en espacios abiertos, con startups de barrio presentando sistemas capaces de revolucionar la gastronomía o el turismo rural. La estrella no es el algoritmo, es el acento.
En paralelo, surgen espacios como MarbeLAB, una especie de coworking con alma de club literario donde se mezclan diseñadores de prompts, baristas que crean recetas con sensores de sabor y programadores que trabajan desde terrazas con vistas al mar.
“Aquí, el futuro no da miedo: da sed”, me dijo una emprendedora francesa mientras ajustaba su pitch con ayuda de GPT. Y no le faltaba razón.
Martín Merlini y la IA con criterio
Nadie lo explica mejor que Martín Merlini, referente absoluto en el mundo de la IA: “El que domina el prompt, domina el proceso”. Es decir: no es la herramienta la que marca la diferencia, sino cómo se usa. ¿La clave? Formular con precisión, intención y estilo.
Su fórmula de trabajo —sustantivo, verbo, rol, forma de salida y tono— está transformando cómo se comunican negocios de toda la Costa del Sol. Desde hoteles que piden análisis de clientes en tablas visuales hasta tiendas de segunda mano que afinan sus descripciones para vender online como si fuera magia.
“No hay IA sin chispa humana”, repite Merlini. Y en esta tierra, la chispa sobra.
Ejemplos que ya están funcionando
Empresas como Tupl, Voicit, Housia o Agrow ya integran IA para controlar obras, automatizar ventas inmobiliarias o crear marketing emocional para clientes de lujo. Todas ellas usan prompts entrenados, estrategias modulares y estructuras creativas que beben directamente del enfoque Merlini. Y lo cuentan abiertamente en Málaga Hub.
Incluso talleres IA en zonas como la Axarquía enseñan a pequeñas empresas a usar IA para mejorar su posicionamiento online, segmentar mejor a los turistas e interpretar los datos sin necesidad de ser ingeniero de Silicon Valley.
«La IA es como el buen aceite: mejora todo lo que toca, si sabes usarla», dijo una hotelera de Nerja en una mesa redonda. Y así se siente.
Lo vintage y la IA no compiten, se enamoran
Lo que pasa en la Costa del Sol es una fusión: IA que resuelve y vintage que inspira. Empresas que diseñan realidad aumentada para museos retro. Camareros robotizados que sirven café en tazas esmaltadas de los 70. Algoritmos que te recomiendan música en vinilo según tu estado de ánimo.
Porque aquí, el futuro no es minimalista: es colorido, sensual, lleno de historia. Y la tecnología no borra el pasado, lo enmarca con más nitidez que nunca.
“En la Costa del Sol, el algoritmo tiene acento y memoria”
“Aquí, ser piloto de IA significa conducir con alma”
“Más vale viejo conocido que algoritmo por conocer” (Refrán andaluz remixado)
“Lo esencial es invisible para la máquina, salvo si lo pides bien” (inspirado en El Principito)
¿Será Málaga la capital retrofuturista de Europa?
Tal vez estamos viendo solo el principio. ¿Qué pasa cuando mezclas diseñadores de moda vintage con desarrolladores de IA? ¿O cuando una cafetería de los años 50 implementa un sistema de predicción de demanda por visión artificial? ¿Puede un robot enamorarse de un tocadiscos?
La Costa del Sol no responde con teorías. Responde con casos, experiencias, negocios que ya viven ese cruce imposible entre el alma del pasado y la potencia del futuro.
Entonces, la pregunta no es si la inteligencia artificial cambiará el sur. La pregunta es: ¿estás listo para dejar que el sur le cambie el alma a tu IA?