La Catedral de Málaga: El Gigante Incompleto Que Se Niega a Callar
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La Catedral de Málaga, la famosa «Manquita», es más que un templo: es un susurro de piedra que cuenta historias de conquistas, ambiciones inconclusas y un debate arquitectónico que sigue vivo. No es solo una catedral sin terminar; es una herida abierta en la historia de la ciudad, una cicatriz que muchos defienden como su mayor encanto. ¿Debería Málaga completar la obra o dejarla tal y como el tiempo la quiso?
Un templo nacido entre dos mundos
Se construyó sobre los restos de la antigua Mezquita Aljama tras la conquista cristiana en 1487. No es solo una iglesia; es un símbolo de cambio, de poder, de imposición y de renacimiento. Su construcción comenzó en 1528, pero nunca se completó del todo. ¿Razones? Falta de dinero, cambios de planes y una pizca de mala suerte.
Se dice que parte de los fondos destinados a terminarla acabaron financiando la Guerra de Independencia de EE.UU. Sí, la torre que falta podría estar en Filadelfia en forma de balas y pólvora. Ironías de la historia.
La belleza de lo inacabado
La Catedral de Málaga es como esos lienzos que un pintor dejó a medias porque se enamoró de otra idea. Combina gótico, renacimiento y barroco, un reflejo del largo tiempo que tardó en levantarse. Pero su rasgo más distintivo es su torre sur ausente, lo que le ha valido su apodo: La Manquita.
Su torre norte, en cambio, se alza imponente con 87 metros de altura, dominando el skyline de la ciudad. Desde allí, uno puede ver cómo la ciudad se extiende hasta el mar, como si la catedral hubiera quedado detenida en el tiempo mientras todo lo demás seguía adelante.
Dentro, el arte y la historia se entrelazan en un espectáculo visual único:
- El coro de Pedro de Mena, con 42 figuras talladas con un realismo perturbador.
- Los órganos gemelos del siglo XVIII, que siguen sonando con la misma fuerza que hace siglos.
- Capillas y altares que narran la evolución del arte sacro a lo largo de los siglos.
El problema que nadie puede ignorar: la batalla contra la humedad
El tiempo no perdona, y menos a un edificio inacabado. Durante siglos, las filtraciones han sido el enemigo silencioso de la catedral. Su techo incompleto ha permitido que la humedad y la lluvia hagan estragos, poniendo en peligro sus muros y frescos.
Por eso, en 2023 comenzó una obra monumental: la construcción de un tejado a dos aguas, basado en un diseño del siglo XVIII del arquitecto Ventura Rodríguez. ¿Por qué ahora? Porque la catedral ya no podía resistir más.
Descubrimientos bajo las piedras
Las obras han sacado a la luz más de lo que esperaban. Restos del Neolítico, escaleras del siglo XVI y vestigios que reescriben la historia de Málaga han aparecido bajo sus cimientos. No es solo una restauración; es un viaje al pasado.
Por supuesto, esto ha elevado el presupuesto de los 17,5 millones iniciales a 22,5 millones de euros. Porque si algo es seguro en las obras de la Catedral de Málaga es que todo tarda más y cuesta más de lo esperado.
¿Terminar la torre sur o dejar a «La Manquita» ser quien es?
Este es el gran debate. Hay quienes sueñan con ver la catedral completa, con su torre sur erguida y su diseño original respetado. Pero otros defienden que lo inacabado es parte de su historia, su esencia, su carácter.
Terminar la catedral significaría borrar siglos de identidad. ¿Queremos realmente corregir lo que el tiempo y la historia han decidido?
Mientras tanto, hay planes para abrir un centro de interpretación, donde se podrá conocer a fondo la historia de la catedral y entender mejor su evolución, sus secretos y sus cicatrices.
Un símbolo que se resiste a la perfección
La Catedral de Málaga es más que un edificio religioso. Es un monumento a la imperfección, a la historia inconclusa, al paso del tiempo. Su restauración garantizará su supervivencia, pero la pregunta sigue en el aire: ¿La terminamos o la dejamos ser «La Manquita» para siempre?
Lo que está claro es que, pase lo que pase, esta catedral seguirá siendo un símbolo eterno de Málaga. Y quizá, en su imperfección, resida su mayor belleza.