¿Por qué no pudo ser EXPO Málaga 2027? Por apenas 11 votos. ¿Qué pasó y qué sigue ahora?
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La mañana en la que Málaga conoció su destino en la votación final para albergar la Expo 2027 fue un cúmulo de emociones. Expectación, nerviosismo y un deseo compartido por autoridades, ciudadanos y empresarios, quienes veían en este evento la oportunidad de consolidar a la ciudad como epicentro de innovación y sostenibilidad a nivel global. Sin embargo, la diferencia fue mínima, tan pequeña que dolió más: 11 votos separaron a la capital de la Costa del Sol de Belgrado, la ciudad serbia que se alzó con la victoria final. Pero, más allá de la derrota, ¿por qué Málaga perdió y qué pasará ahora con los ambiciosos proyectos que se habían propuesto?
Un duelo de propuestas: sostenibilidad frente a música y deporte
El duelo entre Málaga y Belgrado en la última ronda de votaciones no fue simplemente una cuestión de simpatía internacional. Las propuestas de ambas ciudades representaban dos enfoques radicalmente distintos sobre cómo abordar los desafíos del siglo XXI. Málaga apostó fuerte por un lema de futuro: “La era urbana: hacia la ciudad sostenible”, un llamado a repensar la manera en que convivimos con nuestro entorno y un mensaje claramente alineado con los desafíos climáticos actuales.
Belgrado, por otro lado, jugó su carta bajo un prisma más social y festivo: “Juguemos para la humanidad: Deporte y Música para todos”. El atractivo de esta propuesta se centró en la idea de una exposición que celebraría la cultura a través del deporte y la música, dos lenguajes universales que podrían conectar con una audiencia global de una manera emotiva y visceral. ¿Era acaso este enfoque más accesible lo que convenció a los votantes de la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE) en París? Es posible. La victoria fue ajustada, pero definitiva.
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El peso de la política internacional: ¿Influyó Rusia y China?
Más allá de las diferencias en las propuestas, la política internacional jugó un papel que no se puede ignorar. Se especula que Rusia y China, dos actores con peso en la arena diplomática, habrían movido sus influencias para asegurar votos clave a favor de Serbia. Aunque no hay confirmación oficial de esta teoría, es un hecho que en las semanas previas a la votación, Belgrado sumó apoyos estratégicos, especialmente de países no alineados. Este juego de alianzas habría sido determinante en las últimas rondas, donde la diferencia entre las dos candidaturas fue casi imperceptible.
¿Qué pierde Málaga? Casi 3.000 millones de euros y 31.000 empleos
No se trata solo del orgullo herido. La candidatura de Málaga a la Expo 2027 estaba diseñada para tener un impacto económico y social de dimensiones gigantescas. Los estudios realizados por Analistas Económicos de Andalucía indicaban que la exposición hubiera dejado cerca de 3.000 millones de euros en la ciudad y generado alrededor de 31.000 empleos. Además, la ciudad esperaba recibir cerca de 7,5 millones de visitantes, lo que hubiera catapultado su perfil internacional.
Pero quizás lo más doloroso para Málaga son los proyectos de infraestructura que quedan en el aire. El Plan Málaga Litoral, con un coste previsto de 380 millones de euros, incluía obras clave como la construcción de intercambiadores de transporte y un túnel para soterrar el tráfico. También estaba la intervención del río Guadalmedina, una de las demandas históricas de la ciudad, cuyo presupuesto ascendía a 200 millones de euros. Ambos proyectos ahora se enfrentan a una incertidumbre absoluta.
+ en: Málaga supera el examen y pasa a la final para hacerse con la Expo 2027
¿Y ahora qué? Málaga busca su “plan B”
El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, quien lleva más de dos décadas al frente de la ciudad, no se dio por vencido tras conocer la derrota. “Tenemos un plan B”, afirmó. Un plan que, aunque no cuente con la atracción internacional de la Expo, busca aprovechar los más de 800.000 metros cuadrados del sector Buenavista para desarrollar proyectos que continúen transformando a la ciudad. Entre estos destaca la creación de un ecobarrio con más de 1.445 viviendas protegidas, una idea que busca dar solución a la crisis de acceso a la vivienda en la ciudad, algo que afecta particularmente a los jóvenes y a las familias de bajos ingresos.
Además, De la Torre ha dejado claro que proyectos como la ampliación del Palacio de Ferias y Congresos y el Auditorio de la Música seguirán adelante. “La ciudad los necesita, con o sin Expo”, insistió. Estas infraestructuras se han convertido en una prioridad para una Málaga que, en los últimos años, ha apostado fuerte por consolidarse como un referente cultural y empresarial.
¿Una derrota que trae oportunidades?
Si bien para muchos la derrota de Málaga puede ser vista como un duro golpe, hay quienes ven en este revés una oportunidad para replantear el futuro de la ciudad. Sin la presión de cumplir con los plazos y las exigencias de la Expo, Málaga tiene ahora la posibilidad de tomarse más tiempo para desarrollar los proyectos con mayor serenidad y precisión. Esto podría resultar beneficioso a largo plazo, permitiendo que la ciudad no solo siga creciendo, sino que lo haga de manera más coherente y sostenible.
El espíritu resiliente de Málaga: “Volveremos a intentarlo”
Si algo ha quedado claro en este proceso es que Málaga no se rinde fácilmente. Esta no es la primera vez que la ciudad se queda a las puertas de un gran evento internacional. Anteriormente, ya había perdido la carrera por ser Capital Europea de la Cultura y la sede de la Copa América de Vela. Sin embargo, cada revés ha servido como un trampolín para nuevas iniciativas y la búsqueda de otros retos. El carácter emprendedor y optimista de los malagueños no se ha visto mermado por esta última derrota, y es probable que en los próximos años sigamos viendo a la ciudad compitiendo por albergar eventos de talla mundial.
¿Cuál es el futuro de Málaga? La ciudad parece estar decidida a seguir construyendo su propia narrativa, una que la lleve hacia un desarrollo urbano sostenible, tecnológico y cultural, con o sin el sello de la Expo.