Picasso en Málaga 2025: Guía para vivir “Memoria y deseo” en el Museo Picasso

Picasso en Málaga 2025: Guía para vivir “Memoria y deseo” en el Museo Picasso

Qué revela “Picasso. Memoria y deseo” en Málaga: entre el eco y el vértigo de la modernidad

Más de cien obras, una experiencia única y la promesa de redescubrir a Picasso

Estamos en noviembre de 2025, en Málaga. La exposición “Picasso. Memoria y deseo” en el Museo Picasso es el plan cultural que ningún amante del arte moderno debería perderse. Más de cien piezas de Picasso y otros gigantes del siglo XX dialogan en un recorrido que invita a pensar el arte, el tiempo y el yo desde una perspectiva tan personal como universal.

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Origen: El busto que mira al futuro: Málaga redescubre a Picasso entre memoria y deseo

Por qué volver a Picasso en Málaga: una pregunta con respuesta

“¿Otra exposición de Picasso?”—me lo dicen, lo pienso, casi me río. Pero aquí hay un truco: Málaga recupera al Picasso incómodo, al que no se deja domesticar ni por la nostalgia ni por el marketing. Nada de convertirlo en estatua viviente, ni de arrastrarlo a la fiesta perpetua del aniversario. Esta vez, el recorrido es distinto. No se trata del mito encerrado en fechas y firmas, sino del creador que usa las imágenes como un laboratorio: mezcla, prueba, descompone y, a veces, deja que exploten.

Quien se acerque a “Memoria y deseo” en el Museo Picasso Málaga se encuentra con una exposición comisariada por Eugenio Carmona y patrocinada por Fundación Unicaja. Pero eso solo es el contexto. Lo jugoso es que, en el centro de todo, reposa “Estudio con cabeza de yeso” (1925), una tela que funciona como espejo roto: fragmenta la memoria, la reviste de deseo y la lanza al futuro. No, no es otra retrospectiva para turistas despistados: es una crónica de las dudas y los sueños que, a día de hoy, todavía no resolvemos.

“La modernidad no nace en un punto. Es un mapa lleno de rutas, saltos y devoluciones.”
By Johnny Zuri


¿Qué hay realmente detrás de “Estudio con cabeza de yeso”?

Parémonos un segundo frente al cuadro. Año 1925. Picasso tiene 45 años y Málaga ya es solo un recuerdo de infancia, pero el mundo—y su pintura—entran en una zona de turbulencia deliciosa. El busto que pinta no es una cita nostálgica al pasado, sino una pieza lanzada al presente. El taller se convierte en “teatro silencioso”. La sombra se escapa, el perfil se quiebra, el busto mira (o nos mira) desde una distancia que no es solo histórica.

El busto funciona como una bisagra: es memoria de lo aprendido (el padre, la academia, el mármol viejo), pero también deseo de lo que no existe todavía. Picasso quiere fragmentar el tiempo y el yo; quiere que la imagen deje de ser cosa quieta. La exposición convierte este cuadro en eje magnético: todo lo demás gira, dialoga, se le enfrenta o se le rinde.

“Observar lo heredado sin rendición, intervenirlo sin soberbia, aceptar que el yo se construye a golpes de sombra. Así respira la sala.”
By Johnny Zuri


Dalí, Lorca, Magritte: ¿qué aprendieron del busto?

No hay exposición moderna sin ecos ni guiños. Aquí, Dalí y Lorca entran en escena muy pronto. Los dos, fascinados con esa cabeza pintada que, dicen, vieron por primera vez en una revista parisina. Dalí toma el busto y lo empapa en martirio y humor; Lorca lo mira desde el deseo y la herida—doble, nocturno, propio.

Y de pronto, Magritte: el busto convertido en memoria y trauma, en misterio y perfume. De Chirico, arquitecto de las nostalgias, siembra maniquíes y cuerpos sin historia. Cocteau, Léger, Dora Maar… La constelación es un club de fantasmas que ensayan lo mismo: cómo reinventar lo antiguo sin rendirse al pasado.

¿A qué jugamos? A descubrir qué nos hacen las imágenes cuando cambian los tiempos. La exposición no nos dice “esto es arte moderno”, sino “mira lo que puedes ser tú cuando el tiempo se pliega”.


El taller, la ciudad, la máscara: escenarios de deseo y juego

No todo es pintura. El recorrido avanza y se cuela en el laboratorio de la fotografía: Man Ray, Brassaï, Dora Maar, Kertész…, cada uno con su arsenal de sombras y maniquíes, convierten la ciudad y el taller en escenarios oníricos. La frontera entre lo cotidiano y lo artístico se disuelve. El género se desajusta; la identidad, también.

¿Quién mira a quién? Eileen Agar y Claude Cahun le dan la vuelta al papel de la mujer en el surrealismo y abren pistas sobre la multiplicidad del yo. No hay etiquetas del presente ni discursos forzados: solo la fuerza de lo experimental.

“Mirar un busto, una máscara, un rostro en sombra: ahí empieza la verdadera pregunta por la identidad. Y no termina nunca.”
By Johnny Zuri


Constelaciones, Balzac y la música de tinta: cuando Picasso soñó con guitarras

Hay un pasillo, casi escondido, donde Picasso deja los pinceles y se entrega al dibujo, la línea, el trazo mínimo. Las “constelaciones” de 1924: puntos, líneas, guitarras, mandolinas, música invisible. Luego, todo eso termina en madera e ilustra La obra maestra desconocida de Balzac, el viejo cuento de la ambición imposible.

El montaje es envolvente. De fondo, la voz de Carlos Álvarez recita Balzac en varios idiomas. No es un adorno: es una fricción constante entre palabra e imagen, una pregunta abierta sobre la ambición, el arte y la incomprensión.


Cómo elegimos (metodología)

Uno no entra en una exposición para tachar cuadros en una lista, sino para dejarse transformar. ¿Criterios para valorar esta muestra? Peso visual de la obra central (40%), calidad y diversidad de los préstamos internacionales (20%), capacidad del discurso para evitar tópicos y provocar preguntas (20%), experiencia de sala y diseño expositivo (20%).

La exposición sale bien parada en todos los frentes. El Estudio con cabeza de yeso funciona como imán y brújula; las piezas prestadas del MoMA y otros museos abren rutas inesperadas; la narrativa evita el encorsetamiento del mito y la simple lista de nombres. La museografía acompaña sin aplastar. Y sobre todo: se sale con preguntas, no con conclusiones. Eso, para mí, es el mayor logro.


Tabla comparativa: artistas y piezas clave en “Picasso. Memoria y deseo”

Obra/Artista Mejor para Por qué sí Por qué no Enlace
Estudio con cabeza de yeso (Picasso, 1925) Comprender la bisagra entre clasicismo y deseo Es el eje temático y visual; conmueve y provoca Puede saturar a quien solo busca “el Picasso fácil” Museo Picasso Málaga
Obra fotográfica de Man Ray Explorar la ciudad onírica Diálogo arte/vida, juego de sombras y maniquíes Quizá exija contexto para público general Man Ray
Conexión Dalí-Lorca Desdoblar la identidad y el deseo Relato coral sobre deseo, herida y espejo Puede quedar algo lateral sin contexto literario Fundación Lorca
Conjunto de Dora Maar Ver la modernidad desde lo femenino Fotografía experimental y mirada propia Menos presencia que en otras muestras Dora Maar
“Constelaciones” de Picasso Percibir la música visual Dibujos íntimos, experimentación total Se agradece interés previo en la obra gráfica Museo Picasso Málaga
Obras de Magritte Entender memoria y trauma Perspectiva europea sobre el motivo del busto Papel menor, complemento a Picasso Museo Magritte
Instalaciones sonoras Vivir la experiencia completa Atmosfera inmersiva, vínculo palabra-imagen Puede no atraer al visitante más clásico Museo Picasso Málaga

Dónde comprar entradas para “Picasso. Memoria y deseo” hoy

La exposición estará abierta del 14 de noviembre de 2025 al 12 de abril de 2026 en el Museo Picasso Málaga.
Entradas y horarios en la web oficial del museo.

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Málaga, París, Nueva York: un viaje de ida y vuelta

Una de las cosas más atractivas de la muestra es la variedad de préstamos: obras del MoMA, de colecciones europeas y archivos fotográficos raras veces vistas juntas en Andalucía. Lo interesante aquí no es solo la obra, sino la ruta: cómo Málaga dialoga con París, cómo Nueva York devora y reinventa a Picasso, y cómo las piezas vuelven—con nuevos matices—a su ciudad natal.

Esta exposición no petrifica el clasicismo. Lo reabre. Lo convierte en bisagra: memoria y deseo, pasado y promesa. Málaga, sí, vuelve a ser punto de partida. El arte no se queda quieto; cada visitante sale distinto, tocado por la inquietud y la energía de lo irrepetible.

“Hay exposiciones para aprender, para admirar, para pasar el rato. Y hay exposiciones para perderse. ‘Memoria y deseo’ pide lo segundo.”
By Johnny Zuri


Lo que “Picasso. Memoria y deseo” revela sobre el arte y el futuro

Quien camina por las salas no encuentra una cronología cerrada, sino una invitación a leer las imágenes como hipótesis sobre lo que somos y lo que está por venir. El mundo (el de Picasso, el nuestro) cambia de ritmo; el arte aprende a respirar en ese ambiente.

Las cartelas rehúyen la jerga, los textos proponen sin dictar. El público sale, sí, con pistas. Pero sobre todo, con preguntas. Porque la exposición no quiere respuestas. Quiere espectadores atentos, no turistas apurados. Si uno dispone de poco tiempo, el itinerario mínimo: busto de yeso, Dalí-Lorca, las constelaciones y el ámbito fotográfico.

¿Vale la pena? Vale la inquietud, el asombro y la oportunidad de mirar a Picasso no como monumento, sino como colega en el laboratorio de la duda.


Preguntas frecuentes sobre la exposición “Picasso. Memoria y deseo”

¿Hasta cuándo se puede visitar la exposición?
Hasta el 12 de abril de 2026 en el Museo Picasso Málaga.

¿Qué obras no me puedo perder?
El “Estudio con cabeza de yeso”, las constelaciones de Picasso, el diálogo Dalí-Lorca, y las instalaciones fotográficas de Man Ray y Dora Maar.

¿Dónde comprar entradas oficiales?
Directamente en la web del Museo Picasso Málaga.

¿Es recomendable para público no experto en arte?
Totalmente: la muestra está pensada para públicos amplios y ofrece claves para todos los niveles.

¿Qué diferencia esta exposición de otras sobre Picasso?
La visión coral, el foco en la fragmentación del yo y el diálogo real con artistas contemporáneos de Picasso, no solo la mitificación del genio.

¿Es adecuada para visitar en familia?
Sí, aunque se disfruta más con calma y espíritu curioso.

¿Se pueden hacer fotos?
En algunas salas está permitido, siempre sin flash. Consultar normas a la entrada.


“La modernidad, aquí, no es un catálogo de estilos, es una ética de la atención. Lo clásico y lo nuevo se miran de frente. Y, entre medias, Málaga vuelve a latir.”
By Johnny Zuri

¿La memoria sirve solo para mirar atrás, o también para intuir el futuro? ¿El deseo es un motor o una trampa? Picasso nunca responde. Málaga, este invierno, tampoco. El visitante decide.


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